Si hay un queso que ha conquistado el corazón (y el paladar) de los amantes de la buena mesa en los últimos años, ese es la burrata. Este delicado manjar italiano combina lo mejor de dos mundos: la firmeza de la mozzarella y la suavidad de una crema fresca que se derrite en la boca. Pero ¿de dónde viene y por qué gusta tanto?
🌿 Un origen artesanal en Puglia
La burrata nació en la región de Puglia, al sur de Italia, concretamente en la zona de Andria, a comienzos del siglo XX. Los queseros locales idearon una forma de aprovechar los restos de mozzarella y nata fresca: los envolvían en una fina capa de mozzarella y los cerraban como una pequeña bolsa. Así nació esta joya gastronómica, cuyo nombre proviene de burro, que en italiano significa “mantequilla”, haciendo referencia a su textura untuosa y cremosa.
💫 ¿Por qué nos gusta tanto?
La burrata enamora por su contraste de texturas: una capa exterior lisa y elástica que encierra un corazón suave, lleno de crema y hebras de queso. Al cortarla, se libera ese interior cremoso que invita a disfrutarla con pan crujiente, tomates maduros, aceite de oliva virgen extra y unas hojas de albahaca. Su sabor es delicado, fresco y ligeramente dulce, lo que la convierte en una auténtica experiencia sensorial.
🍅 Cómo disfrutarla al máximo
La burrata es tan versátil como irresistible. Puedes servirla como protagonista en una ensalada caprese, acompañar una pizza gourmet o colocarla sobre una cama de verduras asadas. También brilla en platos fríos de verano o como toque final en pastas y risottos. La clave está en respetar su sencillez: ingredientes frescos, de calidad y sin demasiados adornos.
❤️ En resumen
Más que un queso, la burrata es un homenaje a la tradición artesanal italiana y al placer de lo simple. Un producto que conecta la rusticidad del campo con la elegancia de la mesa moderna. Por eso gusta tanto: porque cada bocado es un pequeño viaje a la Puglia soleada, donde el tiempo se detiene para disfrutar.
